El Delfín Chileno: una especie desconocida, endémica y bajo amenaza industrial acuícola

delfin-chileno-fotografia-francisco-viddiActividades industriales como las salmoneras, basura marina, cambio climático y desinformación, son parte de las amenazas que enfrenta.

Su pequeña población enfrenta diversas amenazas, mayoritariamente relacionadas a actividades industriales: Disputas por hábitat con centros de cultivo salmonero, enmallamientos por redes para lobos marinos, la contaminación química industrial, la basura marina, el cambio climático, afectan gravemente su sobreviviencia.

Científicos en Chile que han realizado importantes labores de investigación sobre el delfín chileno, comparten sus miradas sobre esta especie endémica, dando cuenta sus características, hábitats, riesgos y amenazas que enfrentan.

Los delfines chilenos, son altamente selectivos de sus hábitats y sensibles a los cambios ambientales de estos mismos, lo que permite a su vez que sean excelentes bio-indicadores o centinelas que pueden dar avisos efectivos de cambios en las condiciones del área en que se encuentran.

Chile, un territorio marino privilegiado

Francisco Viddi, es Biólogo Marino de la Universidad Austral de Chile, con un Ph.D en Ciencias Ambientales y Ecología Marina de Macquarie University, Australia. Ha trabajado por más de 20 años en conservación marina, enfocado principalmente a la conservación de ballenas y delfines.

Viddi indica: “Chile en general es único y somos muy privilegiados porque tenemos especies de cetáceos que no están en otros lugares. Tenemos la fortuna de que nos visita la ballena azul, por ejemplo, que se viene a alimentar a Chile, sin embargo, en delfines somos aún más afortunados y tenemos el privilegio de tener una especie endémica que es el delfín chileno”.

También recalca que “tenemos el delfín austral que solamente se encuentran en Argentina y Chile y estas son las dos especies, diría yo, más icónicas, particularmente en el sur de Chile”

Por su parte, Carla Christie Remy-Maillet, es Bióloga Marina de la Universidad Austral de Chile, Magíster en Comunicación de la Ciencia de la Universidad de Otago en Nueva Zelandia. Candidata a doctora en Comunicación de la Universidad de la Frontera – Universidad Austral de Chile. Con más de 12 años de experiencia en divulgación y gestión cultural de ciencias y con trabajo en terreno sobre el delfín chileno en 20 años.

La bióloga señala que existe mucho desconocimiento en Chile sobre las especies endémicas y que así es difícil que se proteja si se desconoce: “No se nos enseña de especies marinas chilenas en el colegio, que es la forma de educación principal, entonces aprendemos de un pez de aguas tropicales, pero no aprendemos sobre especies como el delfín chileno, como la langosta de Juan Fernández, como el lobo fino de Juan Fernández o el chungungo que son especies endémicas que viven solamente en Chile”.

El delfín chileno, una especie única

El Delfín Chileno o Tonína Negra,  es un mamífero marino pequeño (1.65 m de largo aprox.) y robusto (63 Kg promedio de peso aprox.). Su coloración en toda la zona dorsal es negra. Presenta una cabeza cónica, un rostro relativamente corto y ancho con un hocico más largo y fino que el de tonina overa. El pico emerge del rostro sin un surco que lo separe de la cabeza. Aletas pectorales pequeñas y redondeadas en los extremos y aleta dorsal inclinada hacia atrás, triangular (falcada) y extremo redondeado.

La población total de Delfín Chileno o Tonina Negra parece ser muy pequeña, unos cuantos miles cuando máximo. Se sugiere que la especie está escaseando, lo que es imposible de refutar sin un catastro poblacional.

IUCN-Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, considera al Delfín Chileno o Tonina Negra como Inadecuadamente Conocida.

Francisco Viddi, indica que “El delfín chileno es una especie tremendamente costera, que se asocia a los ríos donde particularmente se genera mucha corriente o marea, si por tanto el canal es angosto donde se juntan para comer, etc. Son más bien tímidos por lo general”, también señala que lo que han encontrado en este último tiempo, que el delfín chileno su número, su abundancia es baja, y eso es preocupante, lastimosamente”.

El biólogo recuerda que las primeras publicaciones del delfín en Chile, de ecología, están relacionados con la cacería directa, de lo que fueron objeto principalmente en Magallanes, para usar su carne como carnada, donde murieron muchos delfines que fueron cazados. “Lamentablemente no hay información anterior a esa, por tanto, no sabemos cuan abundante eran estos delfines”.

Por su parte, Carla Christie con relación a sus características, señala que son de comportamiento más bien tímidos, “no tan acrobáticos como comúnmente se tiene la idea del delfín. Saltan y juegan también, pero en general, como son más pequeñitos, quizás como una forma de protegerse, son más tranquilos o introvertidos si se pudiera decir, si uno le da una característica humana”.

También destaca del delfín chileno que son unos pocos miles (mil o dos mil) y que “No hay precisión si la población ha disminuido o no en su categoría de conservación”.  También resalta que esta especie es “bien específico con respecto a los lugares que selecciona para vivir. Por ejemplo, se distribuye desde Valparaíso hasta Cabo de Hornos, como la mitad de todo Chile, pero no significa que esté en forma continua en esta extensión territorial, significa que está en puntos específicos que tienen ciertas características”.

Al respecto, en la zona sur de Chile, Christie indica que “En el área de los fiordos y de los canales de la Patagonia Austral, selecciona lugares que son muy costeros, poco profundos, más o menos aproximadamente 20 metros y bahías protegidas. Sectores que están cerca de ríos, que tienen nutrientes” y que lamentablemente son los mismos espacios que eligen las industrias acuícolas, principalmente salmoneras y que, por lo tanto, indirectamente, entre a competir en estos espacios de superviviencia para esta especie endémica.

Las amenazas al Delfín Chileno

Durante el 2021, se dio cuenta del estudio sistemático y multidisciplinario de más larga duración sobre la especie, con un monitoreo de 20 años a través de investigaciones realizadas por el Centro de Estudios para la Conservación de Ecosistemas Marinos CECEM – YaquPacha Chile y WWF Chile, quienes estimaron un número llamativamente reducido de delfines chilenos. Al mismo tiempo, se han caracterizado las principales amenazas y examinado las bacterias de la piel de los delfines, para conocer su estado de salud.

Cayetano Espinosa, uno de los investigadores, señala al respecto: “Desde Chiloé hasta Magallanes hemos registrado sistemáticamente el enmalle y muerte de delfines chilenos en las redes loberas de las salmoneras. El diseño de estas redes probablemente ha contribuido a disminuir la interacción de la industria con lobos marinos, lo que es positivo, pero lamentablemente la evidencia no muestra los mismo para los delfines”, comenta.

En términos sanitarios, los investigadores han encontrado que, en zonas con alto impacto de actividades salmoacuícolas, como Calbuco y Dalcahue, la piel de los delfines es colonizada por bacterias muy diferentes a las de los delfines de otros lugares, incluyendo bacterias comúnmente encontradas en la piel de salmónidos cultivados, como algunos tipos de Halomonas. “Al igual que las personas, los delfines tienen comunidades de bacterias en su piel que son únicas y características, las que deben permanecer en un cierto equilibrio para mantener la salud de la piel, que es un órgano vital para el sistema inmune. En general, estas bacterias no son patógenas, es decir, no dañan al delfín, al contrario, incluso lo protegen. Lo que estamos comenzando a ver en nuestros primeros resultados, es cómo los delfines que habitan en costas urbanizadas, están perdiendo ese equilibrio”, señala Espinosa.

Por su parte, Carla Christie Remy-Maillet, menciona que el hábitat que elige  el Delfín chileno, lamentablemente son los mismos lugares que utilizan las salmoneras o los cultivos de la industria miticultora de choritos, porque son lugares protegidos, que “no tienen mucha influencia del viento y de las olas, y que son de profundidad más o menos baja, entonces lo que pasa con la industria acuícola que compiten de forma indirecta con los espacios, además de que quedan enmallados o enredados en las redes loberas de las salmoneras”. Agrega: “También existe un tema de espacios físicos, de que ellos seleccionan estos como lugares que les gusta al delfín chileno para vivir, protegidas, tranquilas de poca profundidad, por ejemplo, los canales. Comao, Reñihué y Raúl Marin Balmaceda, que son canales que entran y que tienen mucha influencia de los ríos”, indica la bióloga.

Al respecto, sobre amenazas, relata: “Y lo otro son las muertes en las redes de pesca y salmonera, las llamadas loberas que instalan para evitar que se acerquen los lobos marinos a los centros salmoneros, entonces lo que hacen allí los delfines es alimentarse cerca de estas redes loberas porque hay otros peces pequeños alrededor, es como fauna acompañante, entonces por eso se acercan, no es que se acerquen a comer un salmón, porque obviamente es muy grande para el delfín, pero esas son situaciones que pueden ocurrir donde quedan atrapados en las redes”.

Christie, agrega otras amenazas que enfrenta la especie, “como el tráfico de las embarcaciones y que el ruido también interfiere en la vida del delfín (…) otros factores ya más se relacionan con la contaminación del agua, de químicos, de la basura, de lo que dejan las salmoneras en los lugares que se instalan”.

Sin embargo, para la Bióloga, quien también es autora del libro de divulgación “El Delfín Chileno” de Ediciones Universidad Austral, considera que uno de los elementos de mayor preocupación es la desinformación que se tiene sobre esta especie endémica: “También es una amenaza el desconocimiento y está este nicho “conocer para proteger” y si uno realmente no conoce una especie, no importa protegerlo o que se tomen medidas de conservación a nivel político, entonces el desconocimiento es un factor importante también, porque la gente no sabe que existe un delfín chileno”.

Francisco Viddi al respecto, menciona que uno de los principales problemas en la degradación de hábitat, “es el uso que está teniendo la salmonicultura, el uso de hábitat, de espacio y la contaminación generada por la industria salmonera, el tráfico de embarcaciones, que además se ha incrementado en la Patagonia debido al aumento de la actividad y por supuesto hay un tema allí que también involucra la captura incidental en algunas pesquerías”.

Para Viddi, otro de los problemas en la conservación de los delfines es el cambio climático. “Si bien no tenemos información explícita que lo mencione, si sabemos, ya hay indicios en todo ámbito, de que la condición de los ecosistemas marinos está cambiando, la temperatura del agua, la productividad, etc. Y eso tiene un efecto en cadena (…) si vemos una pérdida, un cambio de hábitat de conducta, de abundancia, de tendencia de la población, es un indicativo de que algo está sucediendo, en los sistemas marinos”.

Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad Marina de WWF Chile, en el marco de la publicación e investigación sobre el Delfín chileno en el 2021, destaca: “Los delfines chilenos, al ser altamente selectivos de sus hábitats y sensibles a los cambios ambientales de estos mismos, son unos excelentes bio-indicadores o centinelas que nos pueden dar avisos efectivos de cambios en las condiciones del área en que se encuentran”.

Para la especialista, esto, junto con el valor intrínseco que poseen por ser una especie endémica, conforman razones suficientes para trabajar en medidas que resguarden las condiciones necesarias para la permanencia de esta especie en nuestras costas, “así como para propiciar el aumento de su tamaño poblacional y, como consecuencia, mejorar su estado de conservación y el conocimiento sobre ellos”, agrega la experta.

Fotografía portada: Delfín Chileno (Francisco Viddi)

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